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Eduardo Nayap: ignorancia interesada y criminal

Publicado: 2015-03-01

Dice la sumilla de Wikipedia del congresista Eduardo Nayap Kinin (5 de julio 1956) “Es nativo de la etnia awajún. Realizó sus estudios primarios en la escuela Miguel Grau (del Ejército de Salvación-USA) y secundarios en el colegio militar Ramón Castilla, ambos en Trujillo. Dedicado a la teología, se radicó en Costa Rica, donde trabajó como encargado de área de organización y capacitación campesina para la Unión Europea en la localidad de Puntarenas (1994-2008). También fue responsable del área de compromiso cristiano de Visión Mundial Internacional (1999-2004) e investigador de estudios socio económicos en Humanitas de Costa Rica (2007-2010), ambos en la ciudad de San José; así como profesor de Biblia en la localidad de Alajuela (2005-2006).

En el 2011 obtuvo el título de licenciado en teología por la Universidad Nazarena de las Américas. El mismo año postuló al Congreso por Amazonas como parte de Gana Perú. Obtuvo 17,556 votos preferenciales, resultando electo. Es el primer indígena amazónico en obtener un puesto en el Congreso”.

No es una persona analfabeta ni falta de instrucción. Es por ello que llama poderosamente la atención su intervención -que linda con lo criminal- en la CCNN San Mateo, provincia de Condorcanqui-Amazonas; oponiéndose a la presencia y operaciones de la empresa Smallvill. Esta empresa ha desarrollado “oro ecológico” (6 patentes registradas, 8 en trámite); vale decir, sin utilizar en el proceso ni mercurio ni cianuro.

El congresista Nayap, con apoyo de autoridades y profesores, frustró la asamblea del 22 noviembre, amenazando a la empresa que ha tenido que salir de la zona. Los comuneros basan su economía en el cultivo de plátanos. Con su participación en el proyecto minero ecológico recibirían en un año lo que recibirían en 208 de ventas de plátanos. Pero Nayap se opone ¿por qué?


Escrito por

Miguel E. Santillana

Economista, docente universitario, consultor de empresas y periodista.


Publicado en

La esquina del oso

un blog de Miguel E. Santillana