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Máxima y los “mínimo minimorum”

Publicado: 2015-03-06

Es muy amargo el despertar y darse uno cuenta que ha sido utilizado. Que su buena fe ha sido aprovechada por individuos que tienen una agenda o intereses subalternos. Es difícil sacar cara por una causa asumiendo consecuencias; inclusive personales -como perder el trabajo o la posición de dominio que uno ostentaba- para que al final uno se dé cuenta que todo fue en vano.

La telenovela Máxima Chaupe vs. Minera Yanacocha fue un montaje. La ONG Grufides del ex cura Marco Arana (líder de Tierra y Libertad, único partido de “izquierda” con franquicia electoral), a través de la abogada Mirtha Vásquez asume la defensa de la familia Chaupe. El predio en disputa “Tragadero Grande”, se tragó la reputación y credibilidad de varios.

Marco acuñó el lema ¡Conga, NO va!; peor si el proyecto busca avasallar los derechos de propiedad de una “humilde familia”. Como mentiroso contumaz y aprovechador de los pobres, Marco tenía una perfecta plataforma política dentro y fuera del país. Encima, una oportunidad para sacarle a los gringos otros US$ 1.5 millones al año para sus proyectos de humo: “proyectos” que no han aumentado la productividad agrícola ni han producido un litro adicional de leche en Cajamarca. Es un vendedor de aire tóxico. ¿Indecopi?

Minera Yanacocha ha cometido demasiados errores en sus dos décadas de presencia en Cajamarca. No me quedan dudas que los gringos de Newmont (socio mayoritario) han caído redonditos en las manos de unos inescrupulosos gerentes y asesores (algunos que han purgado prisión), que los viven cual parásitos (los gringos los saben ¿por qué no hacen nada al respecto?); sin embargo, en este caso con Máxima, tienen la razón.

Que la fábula de la “pobre” Máxima nos sirva para reflexionar cómo nos venden interesadamente las “causas justas”. Hay que ver más allá de lo evidente.