La juventud colombiana está dando la hora en diversos campos académicos a nivel mundial. Un ejemplo es el caso de la Ing. Química Sandra Cifuentes que trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas de Madrid; que lidera el desarrollo de implantes ortopédicos diseñados con magnesio y plásticos biodegradables que podrían ser absorbidos por el cuerpo una vez que cumplan su función.

Es decir, desaparecen una vez que el hueso se ha recuperado de la fractura. Este revolucionario avance reemplazaría al titanio o al acero inoxidable que se utiliza hoy pero que tienen consecuencias en la pérdida de densidad del hueso o en los casos pediátricos, la interferencia en el desarrollo óseo del niño.

Para evitar los efectos nocivos del magnesio, la solución del equipo liderado por Cifuentes fue encapsular las partículas de magnesio en matrices de plástico biodegradables (ácido poli láctico). Este avance le ha permitido ser distinguida por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) como una de las científicas innovadoras menores de 35 años.

Otro ejemplo. Utilizando el software MATLAB, el estudiante de maestría de matemáticas aplicadas de la Universidad Nacional de Manizales, Fernando Carrillo Osorio, ha desarrollado un interfaz gráfica que permite valorar derivados financieros con mejores resultados que los software desarrollados ad hoc para las casa de inversiones de Nueva York.

El director de la tesis de Osorio dice: “se desarrolla un método numérico propio para la solución de un modelo de Black-Scholes no local. Formalmente es un problema de convección-difusión-reacción que tiene una difusión no local. Los parámetros que se usan en el sistema se pueden interpretar como la volatilidad, la intensidad, la tasa de interés en ausencia de riesgo y el plazo operativo.”

Estos modelos matemáticos permiten hacer cálculos en milisegundos para determinar el movimiento del precio de una acción. Aunque nada es efectivo al 100%.

Y nuestros “pulpines” ¿En qué andan?