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La traición de Santos

Publicado: 2015-05-05

Se ha iniciado la ronda de reuniones N°36 en La Habana entre representantes del gobierno colombiano y los delegados de la FARC. Es una reunión absurda pues las FARC ya están derrotadas política, militar y financieramente. Por lo tanto uno se pregunta ¿qué negocia un fundador de las M19 como el presidente José Manuel Santos con los delegados de Timoshenko?

Las FARC perdieron el apoyo político y militar en el santuario cubano a raíz de la reanudación de relaciones con EE.UU. Las condiciones que impuso Obama para aceptar dialogar con los hermanos Castro fueron: (1) do not fuck my backyard (textual) y (2) me cierra las oficinas de los bancos suizos que blanquean el dinero de las “revoluciones” americanas. Con la segunda condición las FARC han sido asaltadas: no pueden mover un dólar. ¿Adónde se van a quejar?¿Indecopi cubano o suizo?

El fracaso de las negociaciones estaba cantado desde el inicio. Las FARC han negociado más de 30 acuerdos de paz en 50 años, pero nunca han estado tan débiles como hoy. Santos ganó la re elección ofreciendo la paz. Ya lo pifian en las calles y en los actos oficiales de las FFAA.

Nadie en Colombia aceptará una paz sin que los cabecillas de las FARC paguen con cárcel sus actos: asesinatos, secuestros, tráfico de personas, tráfico de cocaína, emboscadas, etc. Peor aún, no aceptarán las zonas de reserva campesina (ZRC) que son refugios camuflados para las FARC.

Las ZRC serían 9 millones de hectáreas “como parte de un reordenamiento ambiental, preservar los derechos campesinos y el acceso a la tierra, tomando en cuenta las características agroecológicas y socioeconómicas regionales. Elementos adicionales son la limitación a la extensión de los fundos, la definición de las áreas que no pueden ser ocupadas en función del desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y la participación comunitaria”. ¿Suena a Marco Arana?


Escrito por

Miguel E. Santillana

Economista, docente universitario, consultor de empresas y periodista.


Publicado en

La esquina del oso

un blog de Miguel E. Santillana